Federico
Hernández Aguilar
Ahí donde el instante es un recado,
donde muere de prisa una palmera,
el reloj es la duda pasajera
de una caricia que aprendió el pasado.
Vivir
y haber vivido: ¿Quién —alado—
sobre las crestas de las horas fuera
visitante de honor en cada esfera,
espacio, tiempo, dimensión o estado?
sobre las crestas de las horas fuera
visitante de honor en cada esfera,
espacio, tiempo, dimensión o estado?
Pues
el minuto, sin querer, devora
las entrañas del tiempo en cada hora
que finge el suave rostro de la espera,
las entrañas del tiempo en cada hora
que finge el suave rostro de la espera,
es
en los huesos donde el alma, ruda,
penetra los abismos y desnuda
con otra exactitud tu vida entera!
penetra los abismos y desnuda
con otra exactitud tu vida entera!
Soneto do Tempo Perdido
Lá
onde um instante é um recado,
onde
morre depressa uma palmeira,
o
relógio é a dúvida passageira
de
uma carícia que aprendeu no passado.
Viver
e haver vivido: Quem -alado-
sobre
as cristas das horas se fora
visitante
de honra de cada esfera,
espaço,
tempo, dimensão ou estado?
Pois,
o minuto sem querer devora
as
entranhas do tempo em cada hora
que
finge o suave rosto da espera,
É
nos ossos onde a alma, ríspida,
penetra
nos abismos e desnuda
com
outra exatidão toda tua vida!
Ilustração:
Alma de Poeta – blogger.
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