Está
Roberto Fernández Retamar
Ella está echada en la penumbra humedeciendo la
madrugada inicial.
Hay un jardín en ella y él está deslumbrado en ese jardín.
Florece entera para él, se estremecen, callan con el mismo
rumor.
La noche va a ser cortada por un viaje como por una
espada.
Intercambian libros, papeles, promesas.
Ninguno de los dos sabe aún lo que se han prometido.
Se visten, se besan, se separan.
Ella sale a la oscuridad, acaso al olvido.
Cuando él regresa al cuarto, la encuentra echada en la
penumbra húmeda.
Nunca ha partido, nunca partirá.
Ella está echada en la penumbra humedeciendo la
madrugada inicial.
Hay un jardín en ella y él está deslumbrado en ese jardín.
Florece entera para él, se estremecen, callan con el mismo
rumor.
La noche va a ser cortada por un viaje como por una
espada.
Intercambian libros, papeles, promesas.
Ninguno de los dos sabe aún lo que se han prometido.
Se visten, se besan, se separan.
Ella sale a la oscuridad, acaso al olvido.
Cuando él regresa al cuarto, la encuentra echada en la
penumbra húmeda.
Nunca ha partido, nunca partirá.
Está
Ela está fechada na penumbra umedecendo a
madrugada
inicial.
Há um jardim dela e ele está se deslumbrando neste jardim.
Floresce inteira para ele, se estremecem, calam com o mesmo
rumor.
A noite vai ser cortada por uma viagem como um
espada.
Trocam livros, papéis, promessas.
Nem sabe ainda o que prometeram.
Eles se vestem, se beijam, se separam.
Ela sai do escuro, talvez para o esquecimento.
Quando ele volta para a quarto, a encontra fechada
Há um jardim dela e ele está se deslumbrando neste jardim.
Floresce inteira para ele, se estremecem, calam com o mesmo
rumor.
A noite vai ser cortada por uma viagem como um
espada.
Trocam livros, papéis, promessas.
Nem sabe ainda o que prometeram.
Eles se vestem, se beijam, se separam.
Ela sai do escuro, talvez para o esquecimento.
Quando ele volta para a quarto, a encontra fechada
na
penumbra úmida.
Nunca partiu, nunca partirá.
Nunca partiu, nunca partirá.
Ilustração: mercadolivre.com.br