EL
ME AMA
Susana Cerdà
El
me ama. Me ama tanto que yo huelo la muerte en sus caricias, en su mirada veo
el crimen, en cada gesto suyo: la absorción, el tironeo.
En el espectáculo de su amor la tierra gira a una velocidad que deforma mi cuerpo...
Succionada por su sed, yo: una gota de carne horizontal, que él se dispone a chupar, sin pudor alguno.
Espera con espasmos, con ira, con sollozos, el momento justo, enfocado, fatal, de abalanzarse sobre eso y penetrarlo. Enarbolar ese coágulo de vida, levantarlo como una ofrenda a su espejo.
Haga lo que haga, él ha decidido amarme, izarme en su soledad como una bandera santa, sangrienta. Ya me ha condecorado, condenado con su amor.
Cómo buscar en su cuerpo, si cada roce sería una profecía; sus extremidades como tentáculos traspasarían mis fronteras.
Caer en sus brazos: desbarrancarse por su avidez. Más que tomarme, atravesarme, hincarme en lo puntiagudo de su historia, clavarme en su cruz particular, hacerme la virgen madre de su santuario musculoso.
Devorar algo en mí que toda yo le represento, o sea, tenerme, hacerme suya, hacerme de él.
El, ser eso que soy.
En el espectáculo de su amor la tierra gira a una velocidad que deforma mi cuerpo...
Succionada por su sed, yo: una gota de carne horizontal, que él se dispone a chupar, sin pudor alguno.
Espera con espasmos, con ira, con sollozos, el momento justo, enfocado, fatal, de abalanzarse sobre eso y penetrarlo. Enarbolar ese coágulo de vida, levantarlo como una ofrenda a su espejo.
Haga lo que haga, él ha decidido amarme, izarme en su soledad como una bandera santa, sangrienta. Ya me ha condecorado, condenado con su amor.
Cómo buscar en su cuerpo, si cada roce sería una profecía; sus extremidades como tentáculos traspasarían mis fronteras.
Caer en sus brazos: desbarrancarse por su avidez. Más que tomarme, atravesarme, hincarme en lo puntiagudo de su historia, clavarme en su cruz particular, hacerme la virgen madre de su santuario musculoso.
Devorar algo en mí que toda yo le represento, o sea, tenerme, hacerme suya, hacerme de él.
El, ser eso que soy.
Ele me ama
Ele
me ama. Me ama tanto que cheiro a morte nas suas carícias, nos seus olhos eu
vejo o crime, em cada gesto seus a absorção, os espasmos.
No
espetáculo do seu amor a terra gira a uma velocidade que deforma o meu corpo
...
Sugada
pela sua sede, eu: uma gota de carne horizontal, que ele se dispõe a
chupar descaradamente .
Espera
com espasmos, com a ira nos olhos, soluçando, o momento justo, focado, fatal de balançar-se sobre isso e penetrá-lo.
Empunhar o coágulo de vida como uma oferta a seu espelho .
Faça
o que ele faça, ele já decidiu me amar-me, içar-me na solidão como uma bandeira
santa, sangrenta. Já me condecorou, condenando com o seu amor.
Como
buscar no seu corpo, se cada roçar seria uma profecia, suas extremidades como
tentáculos transpassariam minhas fronteiras.
Cair
em seus braços: desbarrancar-se por sua avidez. Mais que tomar-me,
atravessar-me, fincar-me no pontiagudo de sua história, pregar-me na sua cruz
particular, fazer-me a virgem mãe do seu santuário muscular.
Devorar
algo em mim que tudo represento, ou seja, ter-me, fazer-me sua, fazer-me dele.
Ele,
ser isto que sou.
Ilustração:
docemeninatravessa.blogspot.com