Hernan Bravo Varela
NADIE
escucha nuestro llamado. Gorriones,
primaveras, mirlos y abubillas son el ruido
blanco
de nuestra charla para cuando la época termine.
Una banca sobrenatural; dos caretas de plástico,
sucias
como un coche atravesando el espejismo de un
desierto,
mientras el conductor y el copiloto alcanzan a
ver,
detrás del parabrisas, una tormenta perfecta.
NINGUÉM escuta nosso
chamado. Pardais,
primaveras, melros e cascos
são o ruído branco
da nossa conversa para
quando o tempo terminar.
Um banco sobrenatural;
duas máscaras de plástico sujas
como um carro passando
pela miragem de um deserto,
enquanto o motorista e o
co-piloto conseguem ver,
atrás do pára-brisa, uma
tempestade perfeita.
Ilustração: Mitch
Dobrowner.
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