Daniel
Calabrese
Si
los amores amarran, amor,
voy a entregarme a tu largo peregrinar de río.
He
de saber que me hundo.
Todo
empezó a ir más lento, mi caballo
tenía
la cabeza larga y lloraba
espesamente
como los potros de Aquiles
(después
supimos del poeta
y
de su amor indomable;
de
la áspera mujer que lo amó
y
le devolvió la risa
con
sus caricias de fieltro).
Esta
mañana,
frente
a las ventanas del oeste,
me
hice objeto, abandoné
toda
pulsión.
En
mis ojos vivía esa mujer
que
era un recuerdo, una imagen
esperando
la dirección de la luz.
Me
detuve y su mano,
la
que atraviesa la noche,
está
cayendo aún sobre mi cuerpo.
Porque
han sembrado luz
bajo
este foco estéril.
aquí
no crece nada, ni la sombra.
Cuando
es húmedo el viento como el río
tampoco
nace el fuego
(ni
aquella lógica materna
que
dice que la sangre
más
la sangre de la sangre
te
ilumina el furor en las entrañas).
Me
detuve y existo hoy
como
existen los perros,
que
no pueden calcular su amor.
Como
toda esa gente humilde y feliz,
con
una pala en los ojos
y
la mirada perdida,
enterrando
a sus muertos en el cielo.
A DETENÇÃO
Se
os amores amarram, amor,
vou
entregar-me ao teu longo peregrinar de rio.
Hei
de saber que me afundo.
Tudo
começa a ir mais lento, meu cavalo
tinha
a cabeça larga e chorava
pesadamente
como os potros de Aquiles
(depois
soubemos do poeta
e
de seu amor indomável;
da
áspera mulher que o amou
e
lhe devolveu o riso
com
suas carícias de feltro).
Esta
manhã
frente
às janelas do oeste,
me
fiz objeto, abandonei
toda
pulsão.
Em
meus olhos vivia esta mulher
que
era uma recordação, uma imagem
esperando
a direção da luz.
Me
deteve em sua mão,
a
que atravessa a noite,
está
caindo ainda sobre meu corpo.
Porque
hão semeado luz
sob
este foco estéril.
Aqui
não cresce nada, nem a sombra.
Quando
está úmido o vento como o rio
Tampouco
nasce o fogo
(nem
aquela lógica materna
que
disse que o sangue
mais
o sangue do sangue
te
ilumina o furor das entranhas).
Me
deteve e existo hoje
como
existem os cães,
que
não podem calcular o seu amor.
Como
toda essa gente humilde e feliz,
como
uma venda nos olhos
e
uma olhada perdida,
enterrando
a seus mortos no céu.
Ilustração:
Paulo Veras - blogger
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