EL MORRO
Jeannette
L. Clariond
Inicia
el año.
Entra
en el azul con la serenidad de una lluvia de estrellas
entre
la luna menguante y la media noche,
su
brillo vertiendo sobre las hojas de las palmas.
Todo
es calmo, aun
la
brisa sobre la humedad de la arena.
Los
blancos muros de la casa que da al mar parecen lienzos de hielo.
Desde
la terraza miro las líneas rosas en el horizonte.
Hay
un ligero silencio. En él resuena aún la risa de los niños.
Las
rocas en medio del mar son como deidades rescatadas.
Aunque
oscuras, aunque lejanas, hay en ellas un
algo que me hace recobrar
de
lo ido la memoria. Por ejemplo, la luz en los ojos que besé
deseosa,
húmeda, amante.
Todo
tan real como el miedo ante un amor que crece.
Sobre
mi cuerpo se desborda esa luz. Contra el cristal, el paisaje.
La
música llega desde la última habitación.
En
la casa todo es oscuro. Afuera, la lluvia ha dejado de caer.
Queda
en la arena una suerte de llama, un instante de altar.
Un
latido es la distancia.
O MORRO
Jeannette
L. Clariond
Começa
o ano.
Surge
em um azul com a serenidade de uma chuva de estelas
entre
a lua minguante e a meia-noite,
seu
brilho derramando sobre as folhas de palmeiras.
Tudo
está calmo, mesmo
a
brisa sobre a umidade da areia.
Os
brancos muros da casa que dá no mar parecem lenços de gelo.
Do
terraço olho para as linhas-de-rosa no horizonte.
Há
um ligeiro silêncio. Ele ressoa ainda como o riso das crianças.
As
rochas no mar são como divindades resgatadas.
Ainda
que escuras, ainda distantes, há nelas algo que me faz um pouco recuperar
da
memória se foi. Por exemplo, a luz em seus olhos que beijei
desejoso,
amante molhado.
Tudo
tão real quanto o medo de um amor que cresce.
Sobre
o meu corpo transborda esta luz. Contra a janela, a paisagem.
A
música chega do último quarto.
Tudo
na casa é escuro. Lá fora, a chuva parou de cair.
Queda
na areia é um tipo de chama, um instante de altar.
Uma
pulsação na distância.
Ilustração:
aia2009.wordpress.com
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