Saturday, May 13, 2006
UM POEMA DE TRAKL
De profundis
Georg Trakl
Aguarda un campo lleno de rastrojos
donde la negra lluvia cae.
Aguarda un árbol pardo y solitario,
aguarda un viento que silbando
rodea las cabañas vacías.
Cuán triste es el atardecer.
Pasando el caserío,
la dulce huérfana recoge parcas espigas.
Sus ojos pastan áureos
y redondos en el crepúsculo,
y su regazo espera al celestial amante.
Remota sombra soy
de aquellos lóbregos lugares.
He bebido el silencio de Dios en esa fuente del prado.
Fríos metales alcanzan mi sien.
Y las arañas buscan mi corazón.
Hay una luz que en mi boca se apaga.
Lleno de mugre,
cubierto por el polvo remoto de las estrellas,
halle la soledad en prado oscuro,
y nuevamente suenan en el avellanado
ángeles de cristal.
DE PROFUNDIS
Espera um campo cheio de restos
onde a chuva preta cai.
Espera uma árvore marrom e solitaria,
Esperando o vento
que assobia em redor das cabines vazias.
Quão triste é o entardecer.
Passando a pequena vila,
A doce órfã recolhe
Parcas espigas.
Seus dourados e redondos olhos,
no crepúsculo,
e seu regaço esperam o celestial amante.
Remota sombra sou
daqueles tenebrosos lugares.
Eu bebi o silêncio de Deus nessa fonte do prado.
Os metais frios alcançam a minha têmpora.
E as aranhas procuram meu coração.
Há uma luz que, em minha boca, se apaga.
Repleto de musgo,
Coberto pela poeira remota das estrelas,
encontro a solidão no prado escuro,
e outra vez soam no campo
angélicos sinos de cristal.
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