TE BUSQUÉ POR LOS SUEÑOS
Pino
Ojeda Quevedo
Te
busqué por la tierra, por largos
pasillos
de seres. Te busqué por las noches,
por
calles y sombras, por quietas esquinas
agudas.
Te busqué por los días. Nadie
con
carne y tacto me descubría tu nombre.
Te
busqué por los bosques: altas miradas
rodaron
por copas, por ramas, por quietas
palmeras,
por viejos pinos lejanos. Pero nada,
nada
tenía escrito tu nombre.
Te
busqué por las hojas sobre vientres
de
campos morenos. Te busqué por los trigos,
por
valles y praderas de lirios, por montañas,
por
fuentes. Por cada sendero oculto
iba
gritando tu nombre.
Te
busqué por los mares, por frágiles
barcas
de marineros mojados. Te busqué
por
algas, por peces, por rocas agudas,
por
olas y anchas playas doradas.
Te
busqué más abajo, en lo hondo, entre
viejas
astillas de barcos remotos. Olvidadas
cartas
marinas no decían tu nombre.
Te
busqué por estrellas, por nubes,
por
albas, por quietos celajes. Te busqué
por
los aires, por la luna callejera,
por
locas primaveras saltando.
Te
busqué por el tiempo, por los siglos:
fríos
cementerios no tenían tu nombre.
Te
busqué por un signo, un signo de ave
y
nadie, nadie podría encontrarte.
Te
busqué por los sueños:
por
los sueños, tú me estabas esperando.
TE BUSQUEI PELOS SONHOS
Te
busquei pela terra, por largos
corredores
de seres. Te busquei pelas noites,
através
de ruas e sombras, por quietas esquinas
afiadas.
Te busquei pelos dias. Ninguém
Com
carne e tato, me descobria teu nome.
Busquei
por florestas: altos olhares
rolaram
pelas copas, pelos ramos, por quietas
palmeiras,
por velhos pinheiros distantes. Porém, nada,
nada
tinha escrito o teu nome.
Te
busquei pelas folhas, pelos ventres
de
campos escuros. Te busquei pelos trigos,
por
vales e prados de lírios, por montanhas,
por
fontes. Por cada caminho oculto
ia
gritando teu nome.
Te
busquei pelos mares, por frágeis
barcos
de marinheiros molhados. Te busquei
por
algas, por peixe, por pedras afiadas,
por
ondas e largas praias douradas.
Te
busquei mais abaixo, no fundo, entre
velhas
aparas de navios remotos. Esquecidas
cartas
marinhas não diziam seu nome.
Te
busquei por estrelas, por nuvens,
por
amanheceres, por quistos céus enevoados. Te busquei
pelos
ares, por uma lua rueira,
por
loucas primavera saltando.
Te
busquei pelo tempo, pelos séculos:
trios
cemitérios não tinham teu nome.
Te
busquei por um sinal, um sinal de pássaro
e
ninguém, ninguém podia encontar-te.
Te
busquei pelos sonhos:
e
pelos sonhos, tu estavas me esperando.
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