Fugaz Retorno
Jorge Enrique Adoum
La cocina estaba todavía salpicada
de harina y oraciones; la nodriza
arropaba al fantasma de la noche,
buscaba el itinerario de las naves
que trajeran de regreso a un vagabundo.
Habían enmohecido las imágenes, envejecido
el ruido. En las grandes tinajas
el eco de voces conocidas repetía
la cuenta del dinero. Se hablaba
de adulterios cercanos, de inversiones.
“Hay afuera un día de luz, de humana
paz y de manzanas. Hay canciones y avanza
una multitud que vive y crece. De ella
es el reino del futuro. El que sea digno
ahora merecerá ese día y será amado.
Yo sé qué hora es, cómo me llamo, a dónde
voy lleno de orgullo y de noticias.
Y no estaré mucho tiempo entre vosotros”.
No hubo sacrificio de vino o de cordero.
La madre, entre dos lágrimas severas,
me habló por mi bien, me indicó bondadosa
el buen camino, preguntó si tenía otro sombrero.
Mas mi hermano, el que solía fabricar delgadas
flautas para acompañar el canto de los sembradores
y que aún temía la dureza de la herencia
y la mirada del búho como un sacerdote,
no pudo dormir.
”
“Yo quiero merecer
el amor que tú has visto. ¿Cuándo
es la felicidad?”
“Mañana”.
Y corrimos, como dos fugitivos, hasta
la dura orilla donde se deshacían
las estrellas. Los pescadores nos hablaron
de victorias sucesivas en provincias cercanas.
Y nos mojó los pies una espuma del alba,
llena de raíces nuestras y de mundo.
De “Notas del hijo pródigo” 1953
Fugaz regresso
A cozinha estava, todavia, salpicada
de farinha e orações; a enfermeira
vestiu o fantasma da noite,
buscando a rota dos navios
que trouxeram de regresso a um vagabundo.
Haviam enferrujado as imagens, envelhecido
o ruído. Nos grandes vasos
o som de vozes familiares repetia
a conta de dinheiro. Se falava
de adultérios próximos, de investimentos.
"Há lá fora um dia de luz, de humana
paz e de maçãs. Há canções e avança
uma multidão que vive e cresce. Dela
é o reino do futuro. E quem for
digno agora merece este dia e ser amado.
Eu sei que hora é, como me chamo, aonde for
cheio de orgulho e de notícias.
E eu não estarei muito entre vós. "
Não houve sacrifício de vinho ou de cordeiro.
A mãe, entre duas lágrimas severas,
me falou por bem e gentilmente me indicou
o caminho, perguntou se tinha outro chapéu.
Mas, o meu irmão que costumava fabricar fina
flautas para acompanhar o canto dos plantadores
e ainda temia a dureza da propriedade
e olhar da coruja, como sacerdote,
não conseguia dormir.
"Eu quero merecer
o amor que tens visto. Quando
virá a felicidade? "
"Amanhã".
E nós corremos, como dois fugitivos para
a dura praia, onde se desintegraram
as estrelas. Os pescadores disseram-nos
das vitórias consecutivas em províncias vizinhas.
E nós molhamos os pés na espuma do amanhecer,
cheio de raízes nossas e do mundo.
"Notas do Filho Pródigo" 1953
Ilustração: prataepixel.blogspot.com
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