Derrumbes
Rafael José Álvarez
Estas paredes ya no existen
y aún ocupan un lugar.
Cruzamos puertas, soportes, soleras,
y aún los olores desaparecidos
están allí con los derrumbes de este tiempo.
De su extinción derivan rastros, lagartijas.
La nada reservada a la estila, a los arcones,
los enseres que precedieron la maraña,
la humedad oculta donde ellos
(infusiones, aceites, duermevelas)
cavilan, resisten a la lama,
a la clausura, a evaporadas lluvias
que redujeron a polvo las vigas y los clavos.
Ahora sustentan el vacio,
opaco resplandor bajo un negado espacio
donde son apenas el secreto de los grillos,
esa maleza triste que trepa los tejados.
(Oikos, 1986).
y aún ocupan un lugar.
Cruzamos puertas, soportes, soleras,
y aún los olores desaparecidos
están allí con los derrumbes de este tiempo.
De su extinción derivan rastros, lagartijas.
La nada reservada a la estila, a los arcones,
los enseres que precedieron la maraña,
la humedad oculta donde ellos
(infusiones, aceites, duermevelas)
cavilan, resisten a la lama,
a la clausura, a evaporadas lluvias
que redujeron a polvo las vigas y los clavos.
Ahora sustentan el vacio,
opaco resplandor bajo un negado espacio
donde son apenas el secreto de los grillos,
esa maleza triste que trepa los tejados.
(Oikos, 1986).
Ruínas
Estas paredes já não existem
e ainda ocupam um lugar.
Cruzamos portas, suportes, soleiras,
e até os aromas desaparecidos
estando ali como ruína deste tempo.
De sua extinção derivam
rastros, lagartixas.
O nada reservado para o momento, os arcos,
os apetrechos que precederam a confusão e
a umidade oculta onde eles
(infusões, óleos, velas de despachos)
sofismam, resistir à lama,
à clausura de evaporadas chuvas
que reduziram a pó vigas e pregos.
Agora suportando o vácuo
o brilho opaco num espaço negado
que são apenas o esconderijo de grilos,
erva daninha que trepa nos telhados.
O nada reservado para o momento, os arcos,
os apetrechos que precederam a confusão e
a umidade oculta onde eles
(infusões, óleos, velas de despachos)
sofismam, resistir à lama,
à clausura de evaporadas chuvas
que reduziram a pó vigas e pregos.
Agora suportando o vácuo
o brilho opaco num espaço negado
que são apenas o esconderijo de grilos,
erva daninha que trepa nos telhados.
Ilustração: patrimonioparatodos.wordpress.com
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