Manuel Machado
Calle del Betis. Triana.
El corazón del estío
penetra el escalofrío
de la fuente charlatana.
La Velada de Santa Ana
llena de música el río.
Con los ojos de Rocío
se ilumina la ventana.
De envidia, al verla, una estrella,
en las alturas sin fin,
estremecida rutila.
Y se apaga cuando ella
sale envuelta en el jardín
de su mantón de Manila.
Calle del Betis. Triana.
El corazón del estío
penetra el escalofrío
de la fuente charlatana.
La Velada de Santa Ana
llena de música el río.
Con los ojos de Rocío
se ilumina la ventana.
De envidia, al verla, una estrella,
en las alturas sin fin,
estremecida rutila.
Y se apaga cuando ella
sale envuelta en el jardín
de su mantón de Manila.
Julho
Rua de Betis. Triana.
O coração do estio
penetra o frio num arrepio
da fonte borbulhante.
A Vigília de Santa Ana
enche de música o rio.
Com os olhos de Rocio
se ilumina a janela.
Com inveja, ao vê-la, uma estrela,
nas alturas sem fim
estremecida brilha.
E se apaga quando ela
sai envolta no jardim
na sua manta de Manila.
Rua de Betis. Triana.
O coração do estio
penetra o frio num arrepio
da fonte borbulhante.
A Vigília de Santa Ana
enche de música o rio.
Com os olhos de Rocio
se ilumina a janela.
Com inveja, ao vê-la, uma estrela,
nas alturas sem fim
estremecida brilha.
E se apaga quando ela
sai envolta no jardim
na sua manta de Manila.
Ilustração:
bokelberg.com
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