La pequeña durmiente
Carlos Marzal
No es que el mundo esté bien: es que no existe.
No hay nada alrededor:
sólo tu sueño.
Nada tiene más ley que tu abandono,
tu suave abjuración ,
la dulce apostasía que te ausenta.
No hemos fundado el mundo: nunca cambia.
Pero este cuadro es nuevo
-padre e hija-,
porque sólo el amor es diferente,
sin por ello dejar de ser lo mismo.
El anchuroso mundo, que no importa,
gravita en torno a ti: lo has imantado,
y vive irreprochable hacia tu brújula.
Lo innúmero se rinde a tu unidad sencilla.
Durmiente flor desnuda en mis palabras,
adormidera de los desencantos,
prístina amapola pálida.
No es que el mundo esté bien: es que no existe.
No hay nada alrededor:
sólo tu sueño.
Nada tiene más ley que tu abandono,
tu suave abjuración ,
la dulce apostasía que te ausenta.
No hemos fundado el mundo: nunca cambia.
Pero este cuadro es nuevo
-padre e hija-,
porque sólo el amor es diferente,
sin por ello dejar de ser lo mismo.
El anchuroso mundo, que no importa,
gravita en torno a ti: lo has imantado,
y vive irreprochable hacia tu brújula.
Lo innúmero se rinde a tu unidad sencilla.
Durmiente flor desnuda en mis palabras,
adormidera de los desencantos,
prístina amapola pálida.
De "Metales Pesados" 2001
A pequena dormente
Não que o mundo esteja bem: és que não existes.
Não
há nada ao redor:
só é teu sono.
Nada tem mais lei que o teu abandono,
tua suave abjuração,
a doce apostasia que te ausenta.
Não fundamos o mundo: nunca muda.
Porém, este quadro é novo
-Pai e filha,
porque só o amor é diferente,
sem por isto deixar de ser o mesmo.
O largo mundo, que não te importa,
gravita em torno a ti: o hás imantado,
e vive irrepreensível até tua bússola.
O inúmero se rende a tua unidade sensível.
Dormente flor nua em minhas palavras,
a dormideira dos desencantos,
só é teu sono.
Nada tem mais lei que o teu abandono,
tua suave abjuração,
a doce apostasia que te ausenta.
Não fundamos o mundo: nunca muda.
Porém, este quadro é novo
-Pai e filha,
porque só o amor é diferente,
sem por isto deixar de ser o mesmo.
O largo mundo, que não te importa,
gravita em torno a ti: o hás imantado,
e vive irrepreensível até tua bússola.
O inúmero se rende a tua unidade sensível.
Dormente flor nua em minhas palavras,
a dormideira dos desencantos,
clara amapola pálida.
De “Metais
Pesados” 2001.
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