LA
MUJER Y LA CASA
José
Lezama Lima
Hervías la leche
y seguías las
aromosas costumbres del café.
Recorrías la
casa
con una
medida sin desperdicios.
Cada minucia
un sacramento,
como una
ofrenda al peso de la noche.
Todas tus
horas están justificadas
al pasar del
comedor a la sala,
donde están
los retratos
que gustan de
tus comentarios.
Fijas la ley
de todos los días
y el ave
dominical se entreabre
con los
colores del fuego
y las espumas
del puchero.
Cuando se
rompe un vaso,
es tu risa la
que tintinea.
El centro de
la casa
vuela como el
punto en la línea.
En tus
pesadillas
llueve
interminablemente
sobre la
colección de matas
enanas y el
flamboyán subterráneo.
Si te
atolondraras,
el firmamento
roto
en lanzas de
mármol,
se echaría
sobre nosotros.
A
mulher e a casa
Fervias o leite
e seguias os deliciosos costumes do café.
Percorrendo a casa
com uma medida sem desperdícios.
Cada minúcia era um sacramento,
como uma oferenda ao peso da noite.
Todas tuas horas eram justificadas
ao passar do quarto para o refeitório,
onde estavam os retratos
que gostam de teus comentários.
Fixas a lei de todos os dias
e o pássaro dominical se abre
com as cores do fogo
e as espumas do caldeirão.
Quando se rompe um vaso,
é o teu riso que se espalha.
O centro da casa
voa como um ponto numa linha.
Nos teus pesadelos
chove interminavelmente
sobre a coleção de matas
anãs e o flamboyant subterrâneo.
Se te atordoares,
o firmamento roto
em lanças de
mármore
cairia sobre
nós.
Ilustração:
www.myrianrios.com.br
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