Octavio Paz
Es una calle larga
y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
Y me levanto y piso con pies ciegos
Las piedras mudas y las hojas secas
Y alguien detrás de mí también las pisa:
Si me detengo, se detiene;
Si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
Y doy vueltas y vueltas en esquinas
Que dan siempre a la calle
Donde nadie me espera ni me sigue,
Donde yo sigo a un hombre que tropieza
Y se levanta y dice al verme: nadie.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
Y me levanto y piso con pies ciegos
Las piedras mudas y las hojas secas
Y alguien detrás de mí también las pisa:
Si me detengo, se detiene;
Si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
Y doy vueltas y vueltas en esquinas
Que dan siempre a la calle
Donde nadie me espera ni me sigue,
Donde yo sigo a un hombre que tropieza
Y se levanta y dice al verme: nadie.
A
rua
É uma rua larga e silenciosa.
Ando na escuridão e
tropeço e caio
E me levanto e piso
com os pés cegos
As pedras mudas e as
folhas secas
E alguém atrás de
mim também as pisa:
Se me detenho, se
detém;
Se corro, corre.
Volto o rosto: ninguém.
Tudo está escuro e
sem saída,
E dou voltas e
voltas nas esquinas
Que dão sempre na
mesma rua
Onde ninguém me
espera nem me segue
Onde eu sigo um
homem que tropeça
E se levanta e diz ao me ver: ninguém.
Ilustração: odeporica.blogspot.com
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