EL DOMINÓ
José María Eguren
Alumbraron en la mesa los candiles,
Moviéronse solos los aguamaniles,
Y un dominó vacío, pero animado,
Mientras ríe por la calle la verbena,
Se sienta iluminado,
Y principia la cena.
Su claro antifaz de un amarillo frío
Da los espantos en derredor sombrío
Esta noche de insondables maravillas,
Y tiende vagas, lucífugas señales
A los vasos, las sillas
Los ausentes comensales.
Y luego en horror que nacarado flota,
Por la alta noche de voluntad ignota,
En la luz olvida manjares dorados,
Ronronea una oración culpable, llena
De acentos desolados,
Y abandona la cena.
O DOMINÓ
Acenderam na mesa as lâmpadas,
Movendo-se sós os jarros,
E um dominó vazio, porém animado,
Enquanto ria, pelas ruas, a verbena
Se sentia iluminado,
E começou o jantar.
Sua máscara clara de um amarelo frio
Dá sustos ao arredor sombrio
Esta noite de insondáveis maravilhas,
E tende a vagos, lúcidos sinais
Para os copos, as cadeiras
Os comensais ausentes.
E então, no horror que nacarado flutua,
Pela alta noite da vontade ignorada,
Na luz esquece iguarias douradas,
Ronrona uma oração de culpa, cheia
De sotaques desolados,
E abandona o jantar.
Ilustração: https://sisperdesign.
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