VI
Diana Bellessi
Ahora que nunca volverás, mi amiga,
y no tejeremos recuerdos y palabras
como una estera que nos proteja del viento.
Para sentarnos allí,
y contar la saga, noche a noche
mientras se consume el kerosén de las lamparas.
Ahora que nunca,
solo a mi me toca
darles vuelta a los niños
la cara.
Y guardar risas, gestos furiosos,
miradas
que hacían el amor
la danza.
Aquella melodía humana
compartida en ciudades
en carreteras salvajes
hoteles y carpas,
aquella melodía
que ya no escuchas, mi amiga,
y se hace humo, en el aire lento del mañana.
VI
Agora que nunca voltarás, minha amiga,
nós não teceremos memórias e palavras
como uma esteira que nos proteja do vento.
Para sentar-mos ali,
e contar a saga, noite após noite,
enquanto o querosene das lâmpadas for se consumindo.
Agora mais que nunca,
Só a mim me toca
Dar de volta aos meninos
o rosto.
E guardar os risos, os gestos furiosos,
olhares
que criavam o amor
à dança.
Aquela melodia humana
compartilhada nas cidades,
nas estradas selvagens,
hotéis e rios
aquela melodia
que já não escutas, minha amiga,
se fez fumaça, no ar lento da manhã.
La casa se destruye
El tiempo fue vandálico para ellos.
Durante cuarenta años los alimento con sopores inciertos
capaces de eludir la detención del pensamiento, la huida.
Alguna vez aleteo la intensa palpitación del amor
bajo sus sienes.
Quizás fuera la sombra de un pájaro sobre el follaje
o la extraña disposición de la hierba una mañana de octubre,
no se,
lo cierto es que la destrucción ya estaba preparada.
Como ocultar la abrumadora memoria del futuro
que indefensos ahora los desgarra.
Hay aquí temblores extinguidos para siempre,
pero que estertor
que feroz vibración no se mete en la casa
entre nosotros y el paisaje
A Casa se destrói
O tempo foi um vândalo para eles.
Durante quarenta anos os alimentou com torpores incertos
capazes de evitar o fim do pensamento, a fuga.
Às vezes vibrando na intensa palpitação do amor
sob seus pares.
Talvez haja sido a sombra de um pássaro sobre a folhagem
ou a estranha disposição da grama numa manhã de outubro,
não sei,
o certo é que a destruição estava preparada.
Como esconder a opressiva memória do futuro
que indefesos agora os dilacera.
Há aqui uns tremores extintos para sempre,
Porém que estertor
que feroz vibração não se põe na casa
entre nós e a paisagem.
1 comment:
Silvio:de visual novo...amei tudo ...com sempre!!!Bjus d ebom começo de semana pra vc.
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