Omar
Gutiérrez
Uno
se viene dando cuenta de tantas cosas cuando abre el rostro,
y
el rostro de los otros se refleja en el de uno.
Que
la cabeza tiene sombra impropia, posee condición de perro y cualidad de fuego;
que le hacen falta unas buenas alas con que cave el cielo
Y
huya dentro, corra, tomen nombre propio las palabras que del labio no se
sueltan.
Pero
la inquisición tiene dedos de más, índices por cierto todos, todos de uñas
torvas
Con
las que luego han de encajar o vestir a sus propios paladines de herejía (24
Quilates);
Y
en mohoso adagio se sublevan con la saña del colono, en este reino.
Corsarios
esquían, en patines, los átomos frescos, paridos recién:
¡Ah
botín de neuronas doradas, ah insondable quid su despojo!
Allí
hay cabezas cortadas de hombres,
Vestidos
de ciencia insurrecta,
Abrazos
pausados en yeso,
Noches.
Humor. Jugos gástricos de risa.
Buhoneros
de sueños y charlas. Leyendas de dioses y niñas.
Mercados
de amores y sal. Conciencias chapeadas de bronce.
Joven
morralla de mitos.
Su
blasón ante todo, señores,
Es
un fan encerrado en un rito,
Que
asoma y oculta en los verbos
Que
hila el cerebro en gran red.
Retruécano.
Revelación. Mirada que enturbia la paz apagada.
Paces
cobardes que enturbian miradas: gatos de estambre jugando con almas en bola.
Mejor
nos emancipamos gritando.
Se
vienen una dando cuenta, que las tardes se las saca a secar,
Que
uno es la noche, la versión de algún hombre, la aversión de otros más.
Y
la boca se seca en desuso.
Submissão involuntária
Um
se dá conta de tantas coisas quando abre o rosto,
e
o rosto dos outros se reflete em um.
Que
cabeça é sombra imprópria, possui jeito de cachorro e qualidade de fogo; que
lhe fazem falta umas boas asas para cavar o céu
E
fugir para dentro, correr, ter nome próprio as palavras que dos lábios não se
libertam.
Porém,
a inquisição tem dedos demais, todos os índices por certo, todos os pregos
sombrios
com
o que eles devem, em seguida, encaixar ou vestir seus próprios paladinos de
heresia (24 Quilates);
E
em mofado adágio se rebelam com a fúria do colono, neste reino.
corsários
esquiam, em patins, os átomos frescos, recém-nascidos:
Ah!
Botins de neurônios dourados, ah! insondável quid seu despojo!
Ali
há cabeças decepadas de homens,
vestidos
de ciência insurgente,
abraços
pausados em gesso,
Noites.
Humor. Sucos gástricos de risos.
Vendedores
de sonhos e palestras. Legendas de
deuses e meninas.
Mercados
de amores e sal. Consciências chapeadas
de latão.
Mitos
de lixo novos.
Seu
brasão acima de tudo, senhores,
É
um fã fechado em um rito,
Pairando
e se escondendo em verbos
que
gira o cérebro numa grande rede.
Retrucado.
Revelação. Olhe que turva a luz apagada.
Passos
covardes que nublam o olhar: gato brincando com almas bola fio.
Melhor
que nos emanciparmos gritando.
Vão
se dando conta que as tardes são levados para secar lá fora,
Que
um é a noite, a versão de algum homem, a aversão de outros mais.
E
a boca seca em desuso.
Ilustração: You Tube.
Ilustração: You Tube.
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