Fernando Luis
Pérez Poza
Hoy
todo me cansaba
y me salí de dentro
y me quedé solo, sin piel,
sin voz, sin esqueleto.
Los días morían
atrapados en el cuerpo,
uno tras otro,
en esa cárcel
llamada calendario
que se deshoja cada mes
y al año sufre doce otoños.
Y volé transparente,
cegado por la luz de un espejo
que me llamaba:
-Ven, poeta, no temas.
Agarra el papel, la pluma,
todos tus bártulos y ven.
Aquí te espero, poeta-
y me salí de dentro
y me quedé solo, sin piel,
sin voz, sin esqueleto.
Los días morían
atrapados en el cuerpo,
uno tras otro,
en esa cárcel
llamada calendario
que se deshoja cada mes
y al año sufre doce otoños.
Y volé transparente,
cegado por la luz de un espejo
que me llamaba:
-Ven, poeta, no temas.
Agarra el papel, la pluma,
todos tus bártulos y ven.
Aquí te espero, poeta-
Pero
yo me negué a ir
porque no se debe
complacer a la muerte.
porque no se debe
complacer a la muerte.
Hoje tudo me cansava
Hoje
tudo me cansava
e
me saí de dentro
e fiquei
só, sem pele,
sem
voz, sem esqueleto.
Os
dias morriam
presos
no corpo,
um
atrás do outro,
neste
cárcere
chamado
calendário
que
se desfolha a cada mês
e no
ano sofre doze outonos.
E voei
transparente,
cego
pela luz de um espelho
que
me chamava:
-Vem,
poeta, não temas.
Pega
o papel, a caneta,
todos
os seus pertences e vem.
Aqui
te espero, poeta
Porém,
eu me neguei a ir
porque
não se deve
agradar
à morte.
Ilustração:
lekaflores.blogspot.com
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