Federico García Lorca
Amor
de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
Ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
Ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
O poeta pede
ao seu amor que escreva
Amor
de minhas entranhas, viva a morte,
Em
vão espero tua palavra escrita
E
penso, como já murchou a flor bonita,
Que
se vivo sem mim quero perder-te.
O
ar é imortal. A pedra inerte
Não
conhece a sombra nem a evita.
Coração
interior não necessita
O
mel gelado que a lua verte.
Porém,
eu te sofri. Rasguei minhas veias,
Tigre
e pomba, sobre a tua cintura
Em
duelo de mordidas e açucenas.
Enche,
pois, de palavras minha loucura
Ou
deixa-me viver em mim serena
Noite
da alma para sempre escura.
Ilustração:
prescreverpoesia.blogspot.com
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