POESIA
Eduardo Carranza
Antonio, nuestro oficio
es ir poniendo
las palabras, una tras
otra,
como días y días, unos
tras otros,
con su pausa nocturna de
estrellas o silencio.
Trabajo que de pronto, tú
lo sabes,
vuela de nuestras manos
convertido
en radiante paloma o
gerifalte.
La luz anda descalza en
lo que hablamos,
pero también la noche y
la tristeza.
Nuestra palabra, tú
también los sabes,
suena a veces como un
reloj
en una casa abandonada,
oscura,
dando las horas para
nadie.
Como la campanilla del
teléfono
en la estancia vacía.
O como una campana en un
desierto
tañendo para nadie.
Nuestro trabajo, Antonio,
es ir cayendo
todos los días hacia el
corazón.
Cierro tu libro y pienso:
estamos solos
en el umbral de qué, de
qué, Díos mío?
Y la noche nos lleva como
un ciego
a otro ciego, del brazo,
dulcemente.
POESIA
Antônio, nosso trabalho é
ir colocando
as palavras, uma atrás da
outra,
como dias e dias, uns
atrás dos outros,
com sua pausa noturna de
estrelas ou silêncio.
Trabalho que logo, tu o
sabes,
voa de nossas mãos
convertido
em radiante pomba ou falcão.
A luz anda descalça no
que falamos,
porém também a noite e a
tristeza.
Nossa palavra, tu também
o sabes,
soa às vezes como um
relógio
numa casa abandonada,
escura,
marcando as horas para
ninguém.
Como a campainha do
telefone
na residência vazia.
Ou como um sino num
deserto
badalando para ninguém.
Nosso trabalho, Antônio,
é ir caindo
todos os dias rumo ao
coração.
Fecho teu livro e penso:
estamos sós
no umbral de quê? de quê,
Deus meu?
E a noite nos leva como
um cego
a outro cego, de braço,
docemente.
Ilustração: Bible.com.

No comments:
Post a Comment