La mujer de Noé habla consigo misma
Bárbara Korun
Hace días, años estoy acurrucada acá, en el
entrepuente.
Descendí por compasión hacia los animales que gemían.
Acá está oscuro, húmedo, con olor a encierro.
Hay un hedor insoportable.
Los cocodrilos abren sus dentadas fauces,
las serpientes sisean, los leones rugen hambrientos,
y todo lo sobrevuela el inquieto pataleo
del poder de los elefantes.
Al principio tenía miedo a la oscuridad y a los sonidos,
al hormigueo incomprensible de seres que no veía,
que apenas sospechaba -arañas, ratones,
ciempiés, escorpiones.
Sea grande o pequeño, todo se mueve a un compás
monstruosamente armonioso,
como en un agua invisible,
oscura e irracional.
Me convertí en uno de ellos,
percibí nuestro latido común,
cálido, húmedo, con olor a encierro.
40 días, 40 años.
Hemos envejecido, nos hemos tranquilizado
en nuestra tristeza, en nuestra hambre.
Aquí abajo no hay dios.
Al abrigo de los vapores esperamos el rostro barbado
de alguien que cumple mandatos divinos.
Oigo un ruido:
Noé está soltando a los animales a tierra firme.
Apoyo mi rostro contra la hendidura de la puerta
y la luz, que ya había olvidado, me empapa.
Cuando mi marido, que ya se olvidó de mí, abra la puerta,
se abalanzará contra su pecho lleno de viento y sol
una manada de animales-
un cuerpo de múltiples colas y miles de ojos brillantes
que se mueve a la menor sospecha. Yo -la primera.
Descendí por compasión hacia los animales que gemían.
Acá está oscuro, húmedo, con olor a encierro.
Hay un hedor insoportable.
Los cocodrilos abren sus dentadas fauces,
las serpientes sisean, los leones rugen hambrientos,
y todo lo sobrevuela el inquieto pataleo
del poder de los elefantes.
Al principio tenía miedo a la oscuridad y a los sonidos,
al hormigueo incomprensible de seres que no veía,
que apenas sospechaba -arañas, ratones,
ciempiés, escorpiones.
Sea grande o pequeño, todo se mueve a un compás
monstruosamente armonioso,
como en un agua invisible,
oscura e irracional.
Me convertí en uno de ellos,
percibí nuestro latido común,
cálido, húmedo, con olor a encierro.
40 días, 40 años.
Hemos envejecido, nos hemos tranquilizado
en nuestra tristeza, en nuestra hambre.
Aquí abajo no hay dios.
Al abrigo de los vapores esperamos el rostro barbado
de alguien que cumple mandatos divinos.
Oigo un ruido:
Noé está soltando a los animales a tierra firme.
Apoyo mi rostro contra la hendidura de la puerta
y la luz, que ya había olvidado, me empapa.
Cuando mi marido, que ya se olvidó de mí, abra la puerta,
se abalanzará contra su pecho lleno de viento y sol
una manada de animales-
un cuerpo de múltiples colas y miles de ojos brillantes
que se mueve a la menor sospecha. Yo -la primera.
A MULHER DE NÓE FALA CONSIGO MESMA
Faz dias,
anos estou enrodilhada aqui na terceira classe.
Desci por
compaixão aos animais que gemiam.
Aqui é
escuro, úmido e com cheiro de confinamento.
Há um
fedor insuportável.
Os
crocodilos abrem suas mandíbulas com enormes dentes,
as cobras
sibilam, os leões famintos rugem,
e tudo
que sobrevoa são os esperneios inquietos
do poder
dos elefantes.
No começo
eu tinha medo do escuro e dos sons,
do
formigamento incompreensível de seres que não via,
que
apenas suspeitava- aranhas, ratos,
lacraias,
escorpiões.
Seja
grande ou pequeno, tudo se move a um ritmo
monstruosamente
harmonioso,
como uma água
invisível,
escura e
irracional.
Me
converti em um deles,
percebi o
nosso batimento cardíaco comum,
quente e
úmido, com cheiro de confinamento.
40 dias
de 40 anos.
Temos
envelhecido, temos nos tranquilizado
em nossa
tristeza, em nossa fome.
Aqui embaixo
não há deus.
Ao abrigo
dos vapores aguardamos o rosto barbado
de alguém
que cumpre os mandamentos de Deus.
Ouço um
ruído:
Noé está
soltando os animais para a terra firme.
Apoio meu
rosto contra a fenda da porta
e a luz,
que já havia esquecido, me empapa.
Quando
meu marido, que já se esqueceu de mim, abrir a porta,
se
abalançara contra o seu peito cheio de vento e do sol
um
rebanho de animais-
um corpo
de múltiplas filas e de milhares de olhos brilhantes
que se move
à menor suspeita. Eu-a primeira.
Incluido en Arquitrave (Segunda época, nº 56,
agosto-octubre de 2014, Colombia), pescado do blog Asamblea de Palabras (franciscocenamor.blogspot.com.br/).
Ilustração: teatrocristao.net
Ilustração: teatrocristao.net
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