César Alonso de las Heras
Empieza el año, Señor,
y todo empieza de nuevo.
Dame la gracia de amar
hasta lo más pequeño.
Empieza el año, Señor,
y yo quisiera ser nuevo
como la flor y la aurora,
para entretejer mis sueños.
Sueños de paz y alegría,
sueños de sueño de fuego
donde se queme lo endeble
y sólo quede lo eterno.
Trescientos sesenta y cinco
son los días de mi anhelo,
dame una rueda de amor
para rodar este tiempo.
Empieza el año, Señor,
y todo empieza de nuevo.
Dame la gracia de amar
hasta lo más pequeño.
Empieza el año, Señor,
y yo quisiera ser nuevo
como la flor y la aurora,
para entretejer mis sueños.
Sueños de paz y alegría,
sueños de sueño de fuego
donde se queme lo endeble
y sólo quede lo eterno.
Trescientos sesenta y cinco
son los días de mi anhelo,
dame una rueda de amor
para rodar este tiempo.
Começa o ano
Começa o ano, Senhor,
e tudo começa de novo.
Dá-me a graça de amar
mesmo o mais pequenininho.
Começa o ano, Senhor,
e eu quisera ser de novo
como a flor e a aurora,
para tecer os meus sonhos.
Sonhos de paz e alegria,
sonhos de sonho de fogo
onde se queime o efêmero
e só permaneça o eterno.
Trezentos e sessenta e cinco
são os dias de meu desejo,
dá-me uma roda de amor
para rodar este
tempo.
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