La sal dulce de la palabra poesía
Roberto
Sosa
Del
fuego, en un principio,
Los
dioses de los primeros hombres
Que
lo vieron y lo amaron fueron haciendo, solos,
La
mujer.
Esculpieron
temblando sus senos infinitos,
La
ondulación del pelo,
La
copa de su sexo, más complicada, por dentro,
Que
el interior de un caracol marino.
Delinearon
a pulso la sombra de su sombra,
La
curva y la mordedura de ese juego del fuego
Que
sabe a rojo virgen debajo de la lengua
Y
levanta
La
súbita belleza de una brasa en los ojos.
Desde
entonces, su cuerpo,
Se
hizo pudor tocable de carne y hueso.
Digo
mujer,
La
sal dulce de la palabra poesía.
O DOCE SAL DA PALAVRA POESIA
Do
fogo, no princípio,
Os
deuses dos primeiros homens
Que
os viram e os amaram foram fazendo, solos,
A
mulher.
Esculpiram
tremendo seus seios infinitos,
A
ondulação do pelo,
A
copa de seu sexo, mais complicada, por dentro,
Que
o interior de um caracol marinho.
Delinearam
a pulso a sombra de sua sombra,
A
curva e a mordedura desse jogo de fogo,
Que
sabe ao vermelho virgem debaixo da língua
E
levanta
A
súbita beleza de uma brasa nos olhos.
Desde
então, seu corpo,
Se
fez pudor tocável de carne e osso.
Digo
mulher,
O
doce sal da palavra poesia.
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