OTRO CANTAR
Jaime García-Máiequez
Mi mundo no es de este mundo.
Lo supe desde la infancia,
aunque no ha sido hasta hoy mismo
en que lo pienso en palabras
cuando lo entiendo, y lo asumo
cómo esas cosas que pasan.
El agua tiene sus mundos:
el de la nieve encantada,
el peregrino del río,
el de la ola en volandas,
el ermitaño de un pozo,
el de las lluvias de plata,
y otros muchos, y de todos
el que prefiere esta alma
es ese frágil y alado
de las nubes. Son metáforas
de una existencia tranquila,
inútil, nómada y trágica.
Fijaos en una nube
de las redondas y blancas,
con sus volutas pletóricas
y con sus formas extrañas…
Y cuando pase, esforzaos
en intentar recordarla.
Es imposible, y qué hermosa
refulgía en la mirada.
Y ahora, ¿qué estará siendo?,
¿dónde estará?, ¿en qué montaña
o en qué ciudad, mar o charco
irán sus gotas románicas?
Que la vida son dos días
es una máxima clásica
que una mínima experiencia
especifica y aclara:
un domingo por la tarde
y un lunes por la mañana.
Casi nada vale mucho
y al final todo se pasa;
nuestro dolor, nuestra dicha,
nuestras valientes batallas
en el fondo, ¿a qué engañarnos?,
no tienen mucha importancia.
Una canción, por sí sola,
puede valer… lo que valga
–no sé de cálculos fríos
ni de medidas exactas–
pero nunca valdrá tanto
como el hecho de cantarla.
OUTRO CANTAR
Meu mundo não é deste mundo.
O soube desd’a infancia,
ainda que não tenha sido até hoje
quando o penso em palavras
quando o entendo, e o assumo
como essas coisas que passam.
A água tem seus mundos:
o da neve encantada,
o peregrino do rio,
o da onda em voos,
o eremita de um poço,
o das chuvas de prata,
e outros muitos, e de todos
o que prefere esta alma
e esse frágil e alado
das nuvens. São metáforas
de uma existência tranquila,
inútil, nômade e trágica.
Olhe para uma nuvem
das redondas e brancas,
com suas volutas pletóricas
e com suas formas estranhas...
E quando passar, se esforce
ao tentar recordar dela.
É impossível, e que formosa
brilha no seu olhar.
E agora, o que será?
onde será?, em que montanha
ou em que cidade, poça ou mar
irão suas gotas românicas?
Que a vida são os dias
é uma máxima clássica
que uma mínima experiencia
específica e esclarece:
um domingo pela tarde
e uma segunda pela manhã.
Quase nada vale muito
e ao final tudo se passa;
nossa dor, nossa sorte,
nossas valentes batalhas
no fundo, a quem enganamos?
não tem muita importância.
Uma canção, por si só,
pode valer… o que vale
–não sei de cálculos frios
nem de medidas exatas-
porém nunca valerão tanto
como o fato de cantá-la.
Ilustração: Canção Nova.
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